Las temperaturas excesivas constituyen un serio peligro para la salud de los grupos considerados de riesgo: personas mayores, niños, personas con discapacidad física o mental, enfermos mentales, quienes viven solos o en situaciones precarias, quienes realizan una actividad laboral o física intensa al aire libre, los pacientes que toman ciertas medicaciones y quienes tienen enfermedades crónicas.
El calor extremo provoca la pérdida de líquidos y sales como el potasio, el sodio o el cloro, indispensables para el organismo humano que, a su vez, causa deshidratación o agotamiento extremo, informa el Departamento de Salud catalán. Por esta razón, se han elaborado carteles con recomendaciones para la población, a fin de concienciar de ciertas medidas protectoras.
En el domicilio, se aconseja mantener las ventanas cerradas y las persianas bajadas durante el día y abrirlas durante la noche para airear el hogar, utilizar el aire acondicionado o el ventilador, permanecer en las estancias más frescas, beber con frecuencia y refrescarse con duchas y toallas mojadas.
En la calle, se recomienda evitar salir y realizar ejercicio en las horas centrales del día, de mayor sol y calor, llevar gorras y un botellín de agua para beber con frecuencia, mojarse la cara, pasear por zonas umbrías y vestir ropa de algodón fina y holgada. También se desaconseja ir en coche durante las horas de más calor y se advierte de la importancia de no dejar a los niños en el interior del vehículo con las puertas cerradas. Como medidas generales, se insiste en la necesidad de beber agua, evitar las dietas muy calientes y con mucho aporte calórico y limitar la actividad, así como salir a la calle, en las horas de más insolación.