En verano, con temperaturas elevadas, por encima de los 30 grados, el aire acondicionado en los espacios cerrados suele ser una especie de ‘ salvación’ , sin embargo, hay ciertos cuidados o puntos a conocer que es conveniente compartir para prevenir consecuencias indeseadas.
Fernando Escolar Castellón, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Reina Sofía de Tudela, advirtió que, ante la gran diferencia de temperatura que suele haber entre un lugar acondicionado y el exterior, se corre el riesgo de que al salir de la calle se ‘ sufran mareos y exceso de sudoración debido al cambio brusco de temperatura’ .
Como la Sequedad y el frío del aire pueden hacer que nuestras defensas bajen, es más probable la aparición de resfriados e incluso el desarrollo de infecciones, tanto virales cono bacterianas, además de dolores de cabeza o migrañas en pacientes más sensibles. En este caso, se recomienda que los pacientes asmáticos tengan aún más cuidado.
Así también, el experto alertó sobre el deficiente mantenimiento de los aparatos climatizadores, ya que pueden provacar infecciones por legionella, una bacteria que provoca complicaciones pulmonares, fatiga, dificultad para respirar y en ocasiones diarrea o dolores musculares.
"El mantenimiento de estos aparatos es fundamental para evitar cualquier problema respiratorio’ , de aquí que sea necesario ‘ cambiar los filtros’ y hacer periódicas revisiones de las instalaciones, aconsejó Luis Miguel Seijo, neumólogo de la Clínica de la Universidad de Navarra y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
De todos modos, Seijo añadió que no hay que ‘ achacar todos nuestros problemas de salud en verano al uso de la climatización’ .
"El tema del aire acondicionado es muy complejo ya que existe mucha sabiduría popular sobre sus efectos en la salud pero pocos estudios concretos que demuestre dichas afecciones", aseguró Seijo.
Pero más allá de los problemas respiratorios, y según una reciente advertencia del Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, hay que tener en cuenta también que el contacto directo del aire acondicionado con partes del cuerpo, como la espalda o la cara, especialmente mientras se está durmiendo, puede causar una retracción de las fibras musculares y provocar lumbalgias de temporada.
Finalmente, repasemos entonces los tres consejos básicos para evitar trastornos por el uso del aire acondicionado: en principio, la temperatura ideal de una habitación debe ser de 25 grados, no más, no menos. La limpieza de los filtros de los aparatos es otra cuestión fundamental y, por último, será necesario evitar que la corriente de aire que se desprende nos dé directamente sobre el cuerpo.
Vía 20minutos.es
