¿Has llegado a los 40 años y quieres empezar a cuidar tu forma física, aunque no hayas hecho nunca ejercicio? No pienses que estás antes una misión imposible ni mucho menos. Tan sólo tienes que saber cómo hacerlo y aplicar cuatro reglas básicas que te ayuden a llevarlo bien.
A la hora de empezar a hacer deporte, por mucho que te cueste, no debes olvidar que el ejercicio tiene muchos beneficios en tu vida: activa tu corazón, tu sistema inmunitario, el muscular e, incluso, tu mente ya que hace liberar endorfinas, los neurotransmisores que mejoran tu ánimo y te dan sensación de bienestar. ¡Evidentemente, todo esto tiene consecuencias positivas en tu salud, y en tu belleza!
En el momento de entrar en un gimnasio no te olvides que a los 40 es esencial empezar por un buen calentamiento, ya que tus músculos y articulaciones necesitan adaptarse poco a poco al esfuerzo al que los vas a someter. Otro consejo importante es que hagas unos 30 minutos cada día de ejercicio aeróbico, como bicicleta, nadar o remo. Además, aprovecha para tonificar tu músculo haciendo muchos ejercicios diferentes, tanto en clases colectivas como en máquinas. Acaba la sesión con unos minutos más de ejercicio aeróbico y estiramientos y verás como mejora tu forma física.
Y si no te gustan los gimnasios, no te preocupes. Los expertos consideran que no hay nada mejor como una caminata a buen ritmo cada día. Empieza poco a poco y ves incrementando la marcha y la distancia a medida que te sientas más fuerte. ¡Comprobarás que mejoras mucho si eres constante!
No olvides que hacer ejercicio está recomendado para disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, para mejorar tu ánimo, el sueño y la agilidad mental. También te ayuda a controlar el peso y a disminuir los dolores de cabeza y de espalda, entre otros de sus múltiples beneficios.