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La hipoterapia



¿Alguna vez oíste hablar de la hipoterapia? Pues si este término es nuevo para ti, te cuento que se trata de una terapia alternativa para pacientes con algún tipo de discapacidad que se centra en el vínculo, la interacción y juego con los caballos, estos animales tan bellos como amigables.

La hipoterapia, o también conocida como equinoterapia, es un tratamiento terapeútico, educativo y recreativo que ayuda a un mejor desarrollo psico-físico social de la persona con necesidades educativas especiales.


Para guiar este método existen terapeutas especiales que diseñarán un programa para cada paciente, que irá desde la elección del caballo, los movimientos a realizar, el tiempo y la frecuencia de las sesiones, y quien será el encargado de ir guiando y asistiendo durante todo el proceso.
La terapia está basada en estimular las articulaciones y músculos del paciente a través de los movimientos multidimensionales del caballo: este movimiento rítmico y constante ayuda a aquellas personas con distintos trastornos motores.
Pero además, se suele trabajar el aspecto emocional gracias al vínculo logrado con el animal, el afecto y su docilidad, de aquí que también se emplee como vía alternativa para tratar el autismo u otros trastornos de índole neurológico o psicológico.

Entre los beneficios de la hipoterapia se pueden destacar:

*Mejora la autoestima y la autoconfianza.
*Propicia un mayor control de las emociones.
*Mejora la capacidad de atención y la memoria.
*Ayuda a logra un mayor equilibrio corporal y coordinación.
*Fortalece la musculatura y el aparato óseo.
*Mejora el estado físico en general.
*Ayuda a mejorar las relaciones con otros.
*Desarrolla el respeto y amor hacia los animales.
*Al ser al aire libre, permite mejor oxigenación y mejora el ánimo en general.

Finalmente, vale mencionar que los efectos benéficos de los caballos se conocen desde la antigüedad: por caso, ya los griegos recomendaban la práctica de equitación con el fin de mejorar el ánimo de los enfermos incurables. Ya en el siglo XVII, la medicina incluía a la equitación como un método alternativo para combatir la gota, que por entonces era un verdadero problema sanitario.
Vía Zitre
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