Los tratamientos del herpes genital disponibles en la actualidad son confusos y a veces desalentadores. Cuando una persona se infecta con herpes genital, lo más común es que se encuentre inquieto y nervioso. No se puede curar de manera permanente pero sí lo puedes controlar con tratamientos adecuados y supervisados bajo atención medica.
Los tratamientos disponibles se pueden clasificar en dos grandes categorías, en primer lugar, los medicamentos antivirales y en segundo lugar, los medicamentos inmunopotenciadores.
El primer tipo de tratamiento ha adoptado un método que utiliza diferentes agentes farmacológicos para suprimir el virus y lo debilita. Este método logra bastantes resultados con la reducción de los brotes, pero poco a poco el paciente sufre de una salud débil y la inmunidad decae de forma temporal.
Aquí el virus se vuelve gradualmente más aclimatado a la medicina y se adapta al agente médico. Como consecuencia hay una necesidad constante de mantener el cambio de la medicina para obtener algún resultado. También hay efectos negativos a largo plazo con este tipo de tratamiento.
La segunda categoría se centra en impulsar la salud en general y la inmunidad del paciente en particular. Aquí, las defensas del paciente se potencian a un nivel considerable, donde tiene más posibilidades de hacer frente a este virus. Al aplicar el sentido común, parece un método mejor para lidiar con el herpes genital.
Así que, después de la detección de una infección de herpes genital, es imprescindible que guardes la calma como primer paso. Luego, debes reunir el conocimiento suficiente sobre la naturaleza de la enfermedad y los tipos de tratamiento disponibles, para luego elegir el tipo de tratamiento que prefieras y al cual quieras someterte. Tienes que tomar en cuenta que esta entidad clínica no tiene cura pero se puede controlar si te sometes al tratamiento de forma adecuada.